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El conjunto de copias de mármol de mayor valor para la colección del Museo Nacional de Bellas Artes, regresa en noviembre para ser exhibido al público, tras casi 50 años. Las obras permanecían en la Escuela Militar desde el 29 de octubre de 1973. --- Se trata de seis esculturas de mármol que pesan entre una y tres toneladas y que se exhibieron en el hall del edificio -recién inaugurado en 1910, en medio de las fiestas por el Centenario de la República-, cuando este era un jardín repleto de esculturas.  Algunas fueron adquiridas para el Museo de Copias (1898-1911), cuyas piezas son parte de la colección fundacional del MNBA. Otras corresponden a donaciones realizadas por agentes culturales de la época. “La recuperación de 6 esculturas de gran formato de la colección fundacional del MNBA, después de 49 años de permanencia en la Escuela Militar constituye un acontecimiento de gran importancia para el museo. Se trata de reproducciones en mármol de piezas clásicas muy emblemáticas, realizadas con gran calidad. Algunas de ellas serán exhibidas en el hall del museo, donde estuvieron originalmente, y otras incorporadas a una nueva área de exhibición de esculturas que será inaugurada próximamente. Cumplirán así su propósito original de

El Museo Nacional recibió cintas que registran las performances e ideas del pionero chileno del Body Art. La donación fue hecha por la familia. Vía El Mercurio Volvió a Santiago en 1996, después de haber hecho buena parte de su carrera en Italia y Estados Unidos, y venía cargado de experiencias. Siempre basándose en su vida y cuerpo, Francisco Copello (1938-2006) hacía grabado y collage. Pero sobre todo se definía como performista, mimo, bailarín. En Nueva York trabajó con Laura Dean y Robert Wilson, y en Chile era considerado precursor del body art, con obras que cuestionaban nuestra identidad, citaban la cultura de masas y representaban cuerpo travestidos. "La última cena" (1971), "El mimo y la bandera" (1975) y "Lina Tumer" (1983) quedaron como algunas de sus acciones icónicas, aunque en su momento no recibieron una valoración acorde del medio. Aquí, el reconocimiento empezó a crecer a fines de los 90. O incluso después de su muerte. "A veces se necesita que pase tiempo para que renazca el interés frente a ciertos movimientos y prácticas artísticas. Así son los procesos. En el caso de Copello, que es un pionero, creo que llegamos al momento de la revalorización", comenta Paul Birke. El arquitecto y